“No tiene importancia el moverse mucho, sino el saber poseerse…lo importante es que el individuo conquiste su órgano motor”(1)
La función motriz no es un aspecto puramente mecánico, ya que no solo es fundamental para el desarrollo físico (desarrollo del movimiento) sino también para el cognitivo, personal y socio-afectivo. El movimiento cumple con dos funciones:
Entendemos que el desarrollo motor dependerá de la maduración del sistema nervioso, el proceso de mielinización hace posible esta habilidad, pero también hay otros dos factores importantes: la observación y la imitación.
La Dra. Montanaro señala: “La estimulación que proviene de la presencia de los seres humanos y el impulso interno hacia el desarrollo, que está siempre presente en los seres vivos, en especial cuando son muy jóvenes, necesitan libertad en un espacio. Este espacio fomenta los maravillosos procesos de mielinización, observación e imitación que llevan a la adquisición del movimiento voluntario” (Montanaro, 1991, p.166)
El movimiento permite al niño ir adquiriendo el conocimiento de su propio cuerpo y de las dimensiones espaciales, le proporciona referencias de la ubicación de los objetos con respecto hacia su cuerpo, lo que le permite la posibilidad de desplazarse y de actuar sobre los objetos. Este conocimiento es básico para el desarrollo de su personalidad y le permitirá dirigirse hacia la conquista de su autonomía.
Quattocchi Montanaro (2) nos dice como el niño a través del desarrollo del movimiento va reuniendo información de sí mismo y de su entorno:
Las ayudas que se deben proporcionar para facilitar el conocimiento y descubrimiento de las capacidades motoras deben de estar orientadas a permitir el movimiento libre del niño desde el nacimiento. Éstas deben permitir:
Fuente: https://montessorispace.com/blog/desarrollo-del-movimiento-en-bebes/